Descripción
Hay un ruido de fondo
en las mentes artísticas
que no cesa.
Es como el bullir de un
buen guiso, ese hogar
en el que siempre hay
algo cociéndose a fuego
lento.
Es un sentir, un palpitar
transformado en impulso
creador que nunca
sabemos dónde va a
desembocar.
Una forma de entender
la vida materializada
en infinitas corporeidades
distintas, pero siempre
la misma esencia.
Esto es el arte, quien lo
probó lo sabe.
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